Crear un espacio de recogimiento que albergue nuestras emociones, permita sentirnos abrazados, protegidos y sea capaz de cobijar la sinceridad del dolor profundo ante la muerte de un ser querido. Un abrazo sin palabras, dar al cementerio un carácter simbólico que nos ayude a la mejor comprensión de la muerte como parte del ciclo vital. Para llevar a cabo los objetivos y la materialización del proyecto, se ha utilizado los siguientes conceptos:
El huevo como símbolo dual: nacimiento y cierre, protección, escudo y abrazo.
El bosque. El árbol como metáfora de la continuidad de la vida. La hoja, el nervio, la vena y la circulación orgánica. Naturaleza, principio y desarrollo.
El laberinto y el efecto kinestésico como metáfora de la desorientación.
La espiral como tránsito infinito y protección en la naturaleza.
La permeabilidad a través de los materiales y pieles vivas.